La clorhexidina es un fuerte desinfectante contra bacterias grampositivas y gramnegativas, como pseudomonas aeruginosas. Su efectividad no se reduce significativamente en presencia de materia orgánica, como la sangre. A bajas concentraciones es bacteriostático; a concentraciones más altas, es bactericida. Debe su actividad antibacteriana a la interacción iónica con la pared celular bacteriana cargada negativamente. La neutralización resultante de la carga sobre el fármaco hace que sea absorbido por la bacteria, con la consiguiente ruptura de la pared celular. Además, la clorhexidina provoca la precipitación de proteínas plasmáticas. |